jueves, 28 de junio de 2007

Truffaut o la felicidad hecha cine

La felicidad en el cine existe. Y para mí, ella se llama Truffaut. Antoine Doinel, más precisamente. No existe en mi canon representación cinematográfica más tangible y contagiante de la Gran Efímera; la saga de Antoine Doinel que se extiende a lo largo de 20 años en 5 'capítulos'. Hay quienes, como Woody Allen, encuentran la felicidad en Singin' in the Rain y los hermanos Marx. Otros tocan el cielo del éxtasis con la trascendente Andrei Rublev y todavía otros se deleitan con el final orgiástico y nihilista de The Wild Bunch (Grupo Salvaje). Cada cual su deleite. El mío consiste en ser testigo cómplice del desarollo de una vida bastante ordinaria, la verdad, a no ser por la presencia 'pajaresca' de Jean-Pierre Léaud, este actor inventado por Truffaut, álter ego del mismo, de Antoine Doinel, de todos los insolentes del mundo!

Jean-Pierre Léaud no siempre tuvo un perfil de pájaro. En Les 400 coups (Los 400 golpes), el primero capítulo de la saga Doinel, Léaud, entonces con 14 años -a pesar de ya presentar señales de querer alzar vuelo- todavía tenía el peso del no-amor maternal encima. Una película infinitamente melancólica y vital al mismo tiempo, con unas de las escenas de euforia mejor plasmadas en el cine: cuando el pequeño Doinel se sube al interior de un cilindro gigante en una feria que al girar velozmente - gracias al efecto centrífugo de la rotación- alza los pies de tierra y gira sobre sí mismo, eufórico, un poco aterrorizado también. Y es que puede acongojar, esa capacidad de vuelo.

En Domicile conjugal (Domicilio conyugal) y Baisers volés (Besos robados), la transformación está completa. Antoine Doinel se ha hecho adulto; lo vemos saltar de rama en rama, entre trabajos y enamoramientos. Una única constante: la música de Antoine Duhamel, París con ecos de 68 y libros, muchos libros (pasión compartida por Doinel y Truffaut) . Y todo contagia. La pasión por los livros, la serie de 'primeras veces' (primer amor, primer trabajo, primera casa, primer hijo, primera amante...) y esa condenada ligereza rociada de melancolía, de la insostenible ligereza del ser. La ilusión es perfecta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oi Carolina, parabems por os escritos. Gosto da sua visao dos filmes e como vc e capaz de transmitir a relacao deles con a vida, da mema forma que a literatura faz. Gosto tambem do seu espanhol brasilerado con aromas de frances. Presencia pajaresca... maravilhoso, no meio do cami no entre picaresca e pajaro (conceitos bem espanhois). Eso de orgistico nao sona muito bem nao... orgasmico muito melhor.Si Jean Pierre vive na resaca do 68, onde e que a gente esta vivendo?

Os gemeos muito bem.

Beijo,

Monica